Pastilla pa´adivinar
Pastilla pa’ adivinar
Había en Curalí, distrito de Sta. Juana, un campesino que no podía arribar con las
cosechas. El dinero le escaseaba, no tenía de donde sacar algo.
Un día sentado junto al corral de ovejas estaba, cuando pasaron hartas borregas y
todas iban dejando sus marquitas. Y pensó ¿y si las recojo?, las seco al sol un
poquito y después las voy a vender por las calles de Sta. Juana como pastillas.
Dicho y hecho. Agarró las boñigas secas, las colocó en una bolsa harinera y se
fue al pueblo a vender: ¡Pastillas pa’ divinar”!… ¡Pastillas pa’ divinar!… ¡Pastillas
pa’ divinar!, gritaba por las calles y la gente se empezó a juntar y le preguntaban
por el precio de las pastillas. ¡Cinco pastillas por un peso, baratas mi caserita!
decía. Y toda la gente empezó a comprar de dos, tres y hasta de diez pastillas. De
repente un hombre que ya había comprado y también probado se acercó al
vendedor de pastillas y le dijo: ¡Oiga, pero si esta es pura mierda!…adivinó, adivinó
le gritó mientras se alejaba arrancando del lugar….
Informante: Marcial Sánchez
Fecha y lugar: Enero de 1979. Alto Maipú, Curalí, distrito de Sta. Juana
Recopilación: Sylvia Gutiérrez.